Los vivos, los amantes, los rebeldes, los locos, los luchadores, los pasionales, los sensibles, los mágicos.

lunes, 27 de diciembre de 2010

Ansias

¿Qué es un beso?
Necesidad de mi lengua
que busca consuelo
en boca de cervezas,
pues es lo más parecido
al regusto de tus labios.
Tinta en las encías.
Devoradora de versos
me llama la soledad.
Toses premonitoras de arcadas.
¡Vomita! No te cortes.
Expulsa toda la mierda
que has ido tragando
estos meses.

Mi sexo busca orgasmos
en sueños.
Sueños húmedos.
Húmedos.
Como mis talones sangrantes,
que se resquebrajan
de no ir a verte,
de no salir a buscarte.

Tatuaje

Sangre, tinta, fluídos vaginales.
Todo lo que amo es líquido
y se me escapa entre los dedos.
Así que tendré que incrustármelo
bien profundo en la piel;
para retenerlo siempre.
Sacrificio inhumano.
El dolor
termina volviéndose
placentero
una vez acostumbrado el cuerpo.
¡Desgárrate, animal!
Y algún dios te hará hombre
a base de fustigarte.

El negro sigue siendo mi color favorito.

Incendiaste tus alas,
ángel,
porque tu belleza
arrancaba la locura
en los seres más cabales.
Decidiste no volar
si Hermes dejaba de ser tu acompañante.
Pero tu padre era Fénix,
y de sus cenizas
volviste a nacer.
Metamorfosis. Belleza. Libertad. Valor.
Hoy emprendes otro vuelo
ligero a la par que seguro.
Ésta vez, Fortuna te ampara.
El mapa de una vida por delante.
¡No dejes de batir tus alas!
¡No desistas!
Mariposa.
Mi tú, mi yo.Mi pequeña Graellsia Isabellae.

Desquiciado

Se le han agotado los Domingos al año.
¡Desquiciado!
Ha regresado hablando el lenguaje de los lobos esteparios,
y no le entiendo,
y áun no le he besado.
¡Desquiciado!
Mientras se folla a otra
me pide que nos droguemos juntos.
Charlando con Kurt Cobain something in the way.
Entonces respiro el sudor de la noche
y me quiero morir
-o le quiero matar.
Clavo los colmillos en mis labios,
en cuerpos que no son suyos
porque si no...
¡Desquiciado!
Otra vez, al borde del avismo.
Llegar al delirium tremens
con tu boquita de alcohol.
Ebria de ti, desquiciado.
Un pájaro revolotea furioso,
pero Sophia grita desde arriba:
-¡Basta!¡Basta!¡Basta!¡Basta de tanta tontería!
Llévame contigo a la luna
Camino contenta a la perdición de tu mano.
Porque sé que te masturbas pensando
que soy tu chica.
Soy escurridiza y de menos me has echado.
Sé que
en el fondo
me quieres.
¡Desquiciado!

jueves, 11 de noviembre de 2010

Hace frío, pero no llueve.

Los días se repiten hasta la desesperación. Uno tras otro, igual al anterior. Las cosas no van del todo mal, me aventuraría a decir que marchan bastante bien incluso; pero es el tedio, el maldito tedio que obsequia como secundario la monotonía.
Son las ocho pasadas, aunque ninguno de los tuyos ha llegado todavía. Desde la salida se divisa la marabunta de gente que llega hasta el final de la calle. El ébano les cubre el cuerpo y la mirada, miradas de miedo y desconfianza, porque a pesar de organizarlo por y para ellos, en este mundo sólo los ingenuos se fían de alguien. Y los finales de los ingenuos son propios de las novelas negras.
Ambiente hostil. Nervios y reconocimientos de reojo. Pasa un hombre con una gorra rojigualda y las mandíbulas se tensan mientras los puños se cierran. Falsa alarma. Respiren, señores.
¿Cuántos golpes han propinado y recibido esos cuerpos demasiado jóvenes? Cientos, miles. De cerdos, de anarquistas, de comunistas, de paredes, de maderos. Enumerar es absurdo. La rabia es lo que cuenta.
¿Cuántas guerras callejeras han terminado en sollozos en un rincón? Arrastrados bajo las llamas de un círculo vicioso. La espiral de la nada. Si roza el pie la línea de meta, vuelves al inicio. No. Seguimos esperando la revolución.
Hace frío, pero no llueve. Las botas, las bombers y las palestinas protegen del frío lo que la piel de las cabezas rapadas y con crestas no puede.
La policía nos asegurá que cortarán dos carriles de circulación y saltamos todos como locos la valla que no retenía en la acera. Nos agrupamos. Los que están en cabeza y sostienen los carteles comienzan a gritar consignas. Ya ha empezado. Los manifestantes corean las rimas con ardor. Los nervios, repito, siguen a flor de piel.
El cordón, o más bien barrera policial nos cerca. Han cortado la calle "para nosotros", pero no correrán ni el más mínimo riesgo. No olvidemos su aversión al caos, su pánico a la libertad de masas. Los nervios crecen un grado más. A nadie le gusta tener a los perros de la ley oliéndole el ojete.
¡Por fin llegáis! Nos metemos al tumulto, pero al poco rato nos dispersamos. Todavía no hemos vitoreado ninguna consigna.
Comenzamos a olernos, a observar al vecino, a ficharnos, a reconocernos. Con ese tío tuve bronca el Sábado pasado. La rubia de alante es la zorra de mi ex. Los que están a la derecha de los bucaneros le deben al Notas pasta de priva. Los nervios están camelándose a la violencia. 3, 2, 1...
Entonces, un repentino silencio acalla el murmullo. Se escucha únicamente una voz femenina distorsionada por un altavoz. Es Mavi, la madre de Carlos. Sus cuerdas vocales emiten sonidos fuertes que nos erizan la piel a todos. Comienza recordando a su hijo, el día que con apenas dieciséis años le obligaron a dejar de respirar. Luego clama justicia en esta democracia de palo, pidiendo que todo aquel ruin humano que se ha creído con el derecho de decidir sobre la vida de los demás, cumpla condena y castigo. Hace referencia también a todas las víctimas del sucio brazo fascista, las cuales, por cierto, no son pocas. Para finalizar, y como es habitual en ella, nos da las gracias a todos por acudir al acto un año más y honrar la memoria de Carlos. Dice que está orgullosa de nosotros porque no tenemos ni la conciencia sucia ni las manos manchadas de sangre. Dice que está orgullosa de que seamos antifascistas. Y nos pide, en un último quebranto de su voz de sirena, que continuemos la lucha.
La calle Delicias estalla en un multitudinario aplauso. Mavi permanece en su lugar. No derrama una sóla lágrima para que así, se muera de hambre el asesino y su séquito de ratas.
Hace frío, pero no llueve. Ha comenzado a soplar una brisa que ondea una bandera enorme serigrafiada. Carlos nos observa desde arriba en blanco y negro; mientras pegamos ramos de flores en el metro de Legazpi.




[Crónica del 11 de Noviembre del 2010, Madrid. NO PASARÁN]

martes, 9 de noviembre de 2010

Des mots

Palabras como obsesión.
Vuelan,
golpeándome en la sien.
Palabras como picaduras
venenosas.
Suaves, susurrantes.
Terrible angels.
Palabras que te escupo a la cara.
Las sudo a borbotones,
y tú ni las hueles, chaval.
Palabras
que quiero coger y atar.
Todas se escapan. Todas.
Se me olvidaba
que las palabras han de ser libres
para poder hacerme libre.
Mi historia es inmoral.
Anábasis.

martes, 12 de octubre de 2010

Pongamos que hablo de...

Avenida de América: última parada.
De cabeza al metro, ese hormiguero gigante donde las ratas echan carreras. Los madrileños juegan a ser Usain Bolt en los trasbordos. Los odio. Me agobian enormemente. Por suerte, en algunas esquinas se dejan ver músicos que tañen un poco de cordura en las callejuelas subterráneas. ¿Qué abunda? La indiferencia, el alter individualismo; brillan por su ausencia los cruces de miradas. La mala gente que empuja y que roba carteras a viejecitas alemanas despistadas; los que te exigen dinero entre insultos y amenazas.
Las calles están ahí esperando. Son divinas. Perderse en el ajetreo de personas con millones de quebraderos de cabeza. Andando por andar. El olor a segunda mano en Libreros. Infinita Gran Vía. Modernidad en Fuencarral. El Retiro con sus múltiples posibilidades, con un ángel- ángel caído- que comparabas conmigo. After de la gentuza más interesante en Argüelles.
Alguien susurra que el Palacio de Oriente se encuentra a mano izquierda según bajas la calle. Un par de minutos más tarde, los flashes de los guiris te rodean pero tú ya estás perdido en el laberinto verde y frondoso. Te pones a bailar unas cariocas que acabas de comprar en un mercadillo de espejismo para pasar el rato, sin salir de tu asombro, descubres un par de monedas bajo tus pies. Miras a tu alrededor antes de apurar el cigarro. En el banco de al lado una pareja se come a besos. Puede que la ciudad sin sentimientos comience a latir...puede que sí.
Porretas o Sabina. Los dos buenos acunando sus buenas versiones. Una canción para cada momento. Aquí hay momentos para todo.

lunes, 4 de octubre de 2010

Oye, chaval

Oye, chaval. Me dice tu hermana que estás cada vez más para allá, y que has perdido el curso, cacho cabrón. Y que encima te estás metiendo de todo. Y digo todo, colega. Alcohol y pastillas, y pastillas y alcohol, y dos paquetes diarios de tabaco a tus diecinueve tacos. Y que has dejado a tu novia, o en realidad es ella la que te ha dejado porque no te aguanta. Y que vuelves a las tantas saltándote semáforos en rojo con una castaña que te cagas, y que las broncas con tu viejo son de órdago, y que pasas de todo. Que pasas de verdad, con ojos de estar allí lejos sin la menor intención de darte de nuevo una vuelta por aquí en el resto de tu puta vida. Suponiendo, dice tu hermana, que te quede mucha puta vida por delante.




Dice que te diga algo, que me lees los domingos y me haces caso. No sé en qué carajo podrías hacerme caso tú a mí; pero si lo dice ella, que es la Bambi de la familia, sus motivos tendrá. En fin. Que te diga algo, escribe la pava, como si yo fuera la virgen de Lourdes. Y no sé qué decirte, la verdad. De finales felices me creo lo justo, y la última varita mágica que vi la tenía clavada en el coño un hada a la que violaron en Sarajevo. No sé si me explico.



Pero en fin. Me sentiría raro si hoy no te dedicara esta página. No por ti, que no te conozco, sino por la Bambi. Se quedaría decepcionada, y a lo mejor ya no se leía más novelas mías, ni soñaba con ligarse al padre Quart o a Lucas Corso. Así que mira, voy a decirte algo. Voy a decirte que acabo de apuntar que no te conozco, pero es mentira. No es difícil conocerte si uno mira alrededor, y se fija en el país en el que vives, y la tele que ves, y los perros que planifican tu vida y tu futuro, y los políticos a los que votan tu padre y tu madre. No es difícil si uno piensa en esa empresa donde estuviste trabajando este verano, y en el trabajo donde explotan a tu ex novia, y en la desesperación de tus amigos. No es difícil y me hago cargo, te lo juro. Esto es una mierda, y la palabra futuro es como para colgársela de los huevos. ¿Ves como en realidad si te conozco?



Hay, sin embargo, algo que puedo decirte. Estás aquí, en el mundo que te ha tocado. Sería estupendo que hubiera revoluciones por hacer y sueños por alcanzar, cosas que te pusieran caliente y con ganas de echarte a la calle. Pero sabes, o lo intuyes, que todas las revoluciones se hicieron, y una vez hechas se las apropiaron los de siempre. Que los buenos se quedan afuera, bajo la lluvia, y que esta película la ganan siempre los malos. Sé todo eso porque lo he visto, tío. Lo he visto en todas las lenguas y colores. Lo he visto allí y lo veo aquí. Y sé que las grandes aventuras colectivas, la solidaridad, los mecheritos, yupi, yupi, todo eso se fue a tomar por saco hace mucho tiempo.



Pero quedan cosas, te doy mi palabra. Cuando ya no son posibles los héroes solidarios, llega la vez de los héroes solitarios. A lo mejor, ahora que han muerto los dioses y los héroes con mayúscula, la salvación está en el heroísmo con minúscula. En el peón de ajedrez olvidado en un rincón del tablero que mira alrededor y ve al rey corrupto, a la reina hecha una zorra, al caballo de cartón y a la torre inmóvil, haciendo dinero. Pero el peón está allí de pie, en su frágil casilla. Y esa casilla se convierte de pronto en una razón para luchar, en una trinchera para resistir y abrigarse del frío que hace afuera. Esta es mi casilla, aquí estoy, aquí lucho. Aquí muero. Las armas dependen de cada uno. Amigos fieles, una mujer a la que amas, un sueño personal, y una causa, un libro. Cómo reconforta, colega, mirar a un lado y ver en otra casilla a otro peón tan solo y asqueado como tú, pero que se mantiene erguido y, tal vez, tiene un libro en las manos. Hay aventuras maravillosas, vidas riquísimas, sueños increíbles que empezaron de la forma más tonta, con sólo pasar la primera página de un libro.



Ya sé que no es gran cosa, colega. No soluciona nada, y lo único que te permite es comprender. Pero eso no está nada mal. Me refiero a comprender que nacemos, vivimos y morimos en un mundo absurdo, que a lo más que podemos aspirar es a asumirlo mirándolo de frente, con el orgullo de quien se sabe peleando solo, hasta el final, solidario con aquellos otros peones que, como tú, libran su pequeña y pobre batalla en casillas olvidadas. Y al final descubres que no es tan grave. Los hombres vagan perdidos hace miles de años, y siempre fue la misma historia. Lo único que los diferencia es cómo viven y cómo mueren.



Arturo Pérez-Reverte 10/10/99

jueves, 9 de septiembre de 2010

¡Buenos días, princesa!

Fueron felices y comieron perdices.
El Príncipe Azul atacado por la alopecia, la barriga cervecera y las tapitas grasientas. Luego, que si la hipoteca del castillo, pagar las letras del corcel, el foie de pato sube como la espuma del Chandon...¡Todo gastos!
Serán infantes, pero deforman el cuerpo como todos los críos. Parir sigue siendo parir, y punto. Por si fuera poco, retención de líquidos e hipotiroidismo...
Y la Letizia esa, marca internacional de la anorexia. ¡Hay que joderse!
http://goear.com/listen/0623019/ni-principes-ni-princesas-extremoduro

lunes, 6 de septiembre de 2010

Kiss kiss! Bang bang!

-¿Has perdido el juicio? Deber ser eso pues ¡no estás dentro de tus cabales, jovencita! Con lo que nos esforzamos tu padre (que Dios Santo le tenga a su lado) y yo por darte un futuro digno. Mírate: ahora traes un sueldo diario trabajando en la cafetería, y para esta granja toda ayuda económica es poca. Sirves mesas, preparas cafés y hamburguesas, conoces gente y tienes un bonito uniforme rosa. Dime, ¿dónde está el problema? Yo, a tu edad, me partía la crisma de sol a sol en el campo para que tuviéseis algo que llevaros a la boca... ¡Niña desagradecida! Ese Barrow es un maleante de poca monta que te llevará a la perdición. ¡Un muerto de hambre y un golfo! No quiero imaginar de qué modo te habrá embaucado...¿es que no tienes vergüenza?
Lanzó una mirada dura a la vieja, esa mujer que antes le inspiraba un mínimo de ternura.
-Perdí la vergüenza junto a las bragas, madre.- concluyó.
Los ojos de la Sra. Parker se iluminaron de ira y abofeteó con fuerza la mejilla de la muchacha. Bonnie se levantó despacio de la silla carcomida, acariciando el lugar donde acababa de recibir el golpe, y echó una última mirada a la granja ruinosa donde había pasado los tediosos años de su infancia. Resonaron sus tacones por la sala para terminar con un sonoro portazo. Se prometió que no volvería a malgastar el tiempo en ese asqueroso pueblo de Texas, donde sólo había anacronismo hereditario y camioneros con la mano muy larga. Se prometió que no tendría ni un segundo de paz. Se prometió vivir, vivir libre.
Y saboreó la libertad y el amor en todos sus matices hasta el 23 de Mayo de 1934, cuando la cosieron a balazos después de que Clyde la hubiese cosido a besos.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Batman

-¿Por qué no hablas con nadie?
-Porque nadie me escucha.

He aquí el gran problema: falta de comunicación. Me siento sumergida en un ambiente criticado constantemente por toda persona ajena al mismo. ¡Qué fácil se envenenan las lenguas cuando se ignora la conversación! Siendo honesta, yo misma me mostraba recelosa ante lo que ahora constituye mi motor. A lo que hoy por hoy, me hace levantarme con la sangre hirviendo cada mañana, y el café también. Me atrae, eso es todo. Uno no elige lo que le gusta o deja de gustar, se nace con ello. Pues bien, yo me muero por unos determinados ideales que golpean encéfalos, por el riesgo de la causa clásica, por el activismo... Me derrito por una moralidad básica que, en estos tiempos, parece borrada de la faz de la Tierra- ¿cómo puede ser posible?-. Soy una romántica. Los individuos que encajan en dichos perfiles han de ser pasionales y pasionarios. La pasión es la clave.
La libertad de expresión es una cortinilla de humo en periódicos, cine y televisión; me ahorro la fe para fanzines, panfletos e Internet. Hay mucha gente que tiene que decir muchas cosas muy interesantes, y éste es el medio adecuado. Poetas clandestinos. Mi medio será la web. Quizás la gran mayoría de lo que escriba aquí sea mierda en polvo, delirios de una utópica soñadora trastornada que está harta de que le tapen la boca a cada suspiro que da. Me da igual. Piensen lo que quieran. Insulten, critiquen, amenacen, rian, odien...me. Pero, por favor, jamás me censuren. Necesito desnudarme sin tapujos y sin identidad. La clandestinidad honesta es una de los pocos ruiseñores blancos que me quedan.

martes, 17 de agosto de 2010

Pasiones de gitanos

La noche donostiarra era negra
casi tanto
como el Golfo de México.

La noche del Domingo
estaba bañada
en crianza y plástico.
Besos a medias...
¿Una última copa?
Si confías en mí
para.

Ah! Paris la nuit.
Por vez primera
dormía acompañada
de testosterona y barbas.

¿Qué será
de esta pobre infeliz
el resto de noches
que han de llegar?
Me he vuelto muy perra,
pero el alcohol ya
no me dispara.

martes, 3 de agosto de 2010

Fornida

Mi hermana tiene 14 primaveras. Aunque más bien ella, en todo su conjunto, es la Primavera.
Rubia, de ojos azulados, labios irregulares (por un accidente del que yo fui partícipe cuando éramos unas criaturitas), cuerpecillo de sirena, discreta, responsable y muy inteligente. Todo lo contrario a lo que soy yo. La Noche y el Día conviviendo bajo el mismo techo.
He de reconocer que siempre la he envidiado por ser tan maravillosa sin proponérselo. La rabia me reconcomía y le hacía la vida imposible. Piques fraternales. ¡Qué les voy a contar que no sepan!
Hace algún tiempo comencé a preocuparme por la forma en la que mi hermanita respondería al ataque hormonal y social de la pubertad. No quería que perdiera su chispa.
Por desgracia, la pobre entró en la adolescencia con mal pie. Ha estado gravemente enferma durante 7 meses, teniendo que dejar de asistir al instituto y de salir con sus amigas.
Durante éste tiempo algo ha cambiado en ella. Dicen que el dolor es el motor de aprendizaje de la vida. Sin duda, ha madurado mucho. Pero también se nota su pequeño aislamiento social en éstos meses. Su grupo de amigos ha cambiado sus aficiones de niños por otras en las que aparentan ser mayores.
Mi hermana viene constantemente quejándose de que sus "amigas" sólo hablan de chicos, de maquillaje, de irse de botellón, de fumar, de tacones y de escotes. Y se aburre. Ellas son el prototipo de la SuperPop y mi hermana el del Jueves.
Ahora la observo orgullosa y admirada, porque tengo la seguridad de que no es una niñata. Adoro cuando se acerca y me deja ser su confidente o cuando se interesa por mi vida fuera del ámbito doméstico. Se me cae la baba a chorros, no lo niego, cuando la veo meter las naricillas en el activismo que intenta cambiar el mundo. Sé que llegará muy lejos. Y no es porque sea mi hermana, es porque ha nacido con talento.
Inconscientemente me intento reflejar en ella cuando yo tenía 14 años. Yo sólo pensaba en chicos, en irme de botellón, en maquillaje, en fumar, en escotes y tacones. Era una niñata SuperPop. Hasta que vino alguien y me abrió los ojos. Empecé a invertir mi tiempo en algo más útil. Mis aficiones cambiaron por completo.
Mi hermana de 14 años tiene la mentalidad que tenía yo con 16, pero sin tanto desfase de fin de semana.
Me cae bien mi hermana, sí señores. Y me sopla esperanzas de que las futuras generaciones no tienen el cerebro lleno de paja.

lunes, 2 de agosto de 2010

Ongi etorri

Aún tengo la resaca de Ondarreta. Mi pelo está recién tintado y huele a productos químicos. El tobillo derecho se adorna con cascabeles y pimientos.
Anoche me dí un revolcón bestial con las musas, y hoy están todas durmiendo. Mejor callar cuando no se tiene nada bueno que decir.

ANTES DEL ODIO




Beso soy, sombra con sombra.

Beso, dolor con dolor,

por haberme enamorado,

corazón sin corazón,

de las cosas, del aliento

sin sombra de la creación.

Sed con agua en la distancia,

pero sed alrededor.



Corazón en una copa

donde me lo bebo yo

y no se lo bebe nadie,

nadie sabe su sabor.

Odio, vida: ¡cuánto odio

sólo por amor!



No es posible acariciarte

con las manos que me dio

el fuego de más deseo,

el ansia de más ardor.

Varias alas, varios vuelos

abaten en ellas hoy

hierros que cercan las venas

y las muerden con rencor.

Por amor, vida, abatido,

pájaro sin remisión.

Sólo por amor odiado,

sólo por amor.



Amor, tu bóveda arriba

y no abajo siempre, amor,

sin otra luz que estas ansias,

sin otra iluminación.

Mírame aquí encadenado,

escupido, sin calor,

a los pies de la tiniebla

más súbita, más feroz,

comiendo pan y cuchillo

como buen trabajador

y a veces cuchillo sólo,

sólo por amor.



Todo lo que significa

golondrinas, ascensión,

claridad, anchura, aire,

decidido espacio, sol,

horizonte aleteante,

sepultado en un rincón.

Esperanza, mar, desierto,

sangre, monte rodador:

libertades de mi alma

clamorosas de pasión,

desfilando por mi cuerpo,

donde no se quedan, no,

pero donde se despliegan,

sólo por amor.



Porque dentro de la triste

guirnalda del eslabón,

del sabor a carcelero

constante, y a paredón,

y a precipicio en acecho,

alto, alegre, libre soy.

Alto, alegre, libre, libre,

sólo por amor.



No, no hay cárcel para el hombre.

No podrán atarme, no.

Este mundo de cadenas

me es pequeño y exterior.

¿Quién encierra una sonrisa?

¿Quién amuralla una voz?

A lo lejos tú, más sola

que la muerte, la una y yo.

A lo lejos tú, sintiendo

en tus brazos mi prisión,

en tus brazos donde late

la libertad de los dos.

Libre soy. Siénteme libre.

Sólo por amor.


Miguel Hernández