Los vivos, los amantes, los rebeldes, los locos, los luchadores, los pasionales, los sensibles, los mágicos.

lunes, 23 de abril de 2012

De dominio público.

Espero que Eusebio Quijada no me odie por semejante herejía.
http://www.agirregabiria.net/g/sylvainaitor/principito.pdf

¡Ésta es la juventud del Papa!

¡Qué alegría: Benedicto pisa la Sagrada Familia!
El público enloquece. El mismísimo decidió traer su eclesiástico culo a esta tierra agresivamente laica. No puedo asimilar tal honor. Creo que voy a llorar...después de vomitar.
Al margen de creyentes, devotos y extremistas, los principales escenarios donde su santidad (la suya, que no la nuestra) se dejó caer estaban abarrotadas de miembros de diversos cuerpos de la in-seguridad y el des-orden. Un despliegue abrumador.
En su desfile por las calles, al estilo de la cabalgata de Reyes, el pobrecito tuvo que observar la aberración que es gente besándose. Lujuria, lenguas y saliva. ¡Por todos los santos! Y encima, eran esos enfermos, los homosexuales. A la hoguera con ellos. Ésos degenerados, panda de sinvergüenzas, mostrando su amor frente al líder de una religión que predica con el amor... Habrase visto.

Antipoesía a Nicanor Parra

No sé quién eres
pero sé que me hueles a polvo sabio,
a Pachamama vendida.
He visto a tu nieto
y he querido hacerle el amor.
Salieron sus reales majestades,
con su séquito de charlatanes a sueldo,
y he pensado en mis amigos poetas
silbándoles.
No sé quién eres, Nicanor,
aunque me ha enternecido
lo que dices que escribes
sobre gatos y libros y la soledad implícita del escritor.
Quiero hacerle el amor a tu nieto.
Quiero hacerle el amor a tu poesía.



http://blogs.elpais.com/papeles-perdidos/2012/04/antipoemas-en-homenaje-a-nicanor-parra.html

martes, 3 de abril de 2012

Gracias por venir. Buenas noches.

Déjame balanceárme al compás de los dedos de una princesita rasgando pluma.
Ser sol bañando blancas las playas del escondite de hippies, haciendo veranos inexistentes con mi calor, mi cerveza y mi rima.

México lindo soy. Azabache y dorada. Peleas de gallo, brazos destatuados. Navajeros embriagados de tequila que se abren en canal el pecho, nomás por la gloria de la Virgen de los Pecados.

La heroína desarraigada de una película de Tarantino. Vanagloriada diosa de los delincuentes a sueldo. Belleza a migajas de venganza cándida.

Humo rojo en el rincón más ínfimo de un antro de Madriz, donde retumba el jazz en las pobres cabezas de amantes que saben que ésa noche será la despedida cruenta de un escalón más en su vida, en ésa vida.
Soldado valiente untado de sangre y barro. Rebelde sin capitán. Perro desollado. Traficante de diamantes. Mercader del Líbano.

Levanto el vuelo y me marcho. Adiós, Greta. Adiós, somnífero enjaulado. Adiós, adiós, madre de los bastardos. Yo me marcho. Antes de ahogarme en mi propio verso, me marcho. Adiós, adiós, adiós. Adiós.