Ninguno
de los hombres calzaba sandalias ni botas; sus zapatos eran oscuros, cerrados,
cómodos y planos. No marcados, en fin.
La
mujer tiene que escoger entre zapatos
cómodos y zapatos que se consideran atractivos.
Aunque
ninguno llevase maquillaje no se
podía decir que los hombres iban sin maquillar en el mismo sentido en que se
podría decir que una mujer va sin maquillar. En los hombres la ausencia de
maquillaje no marca.
Me
pregunté qué estilo podríamos haber adoptado las mujeres para ir sin marcar
como los hombres. Respuesta: ninguno. La
mujer no marcada no existe.
(Deborah
Tannen, Las mujeres en el trabajo: el género marcado)
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