Los vivos, los amantes, los rebeldes, los locos, los luchadores, los pasionales, los sensibles, los mágicos.

lunes, 12 de octubre de 2015

Fragmento de Repaso de antiguas quejas

"Mi problema es idéntico a mi lenguaje. O sea, si no tuviera este lenguaje, no tendría este problema. Si no tuviera este problema, no tendría este lenguaje. No necesitaría vuestra ayuda.
Por pertenecer a la categoría de personas que sólo tienen acceso a este lenguaje, debo suplicar vuestra ayuda y comprensión. Pero es posible que este mismo lenguaje no sirva para inspirar comprensión... por lo menos, no para inspirársela a alguien que yo pueda respetar."
Susan Sontag

Cuando vuelvas.

En a penas una hora viene mi amante. El Amante. Mi Amante. Creo que le amo, amo su libertad y la forma caprichosa que tiene de darme monodosis de pasión. Me tortura en el espacio y la distancia. Juro que olvidaré su olor, me negaré a besarle. Pero esos momentos, efímeros, en que chocan nuestras fuerzas sólo son descriptibles en términos cosmológicos.

viernes, 23 de enero de 2015

La estadística es más fuerte que el amor.

“Nuestra pareja, hipérbole de la perversión según la psicología heterocentrada, está dentro de la norma. Jamás los instrumentos de la biopolítica hegemónica me han reconfortado tanto. Constato también que la capacidad de disposición critica y de rebelión es inversamente proporcional a la intensidad del sufrimiento amoroso. Ya Spinoza lo anunció en 1677, antes de la invención de la estadística, un mismo y único afecto no puede desplegarse en direcciones divergentes. Estoy en el verano de la ruptura y los trastornos que directamente tocan el plexo solar ahuyentan a los héroes. Comienza en mi corazón la batalla entre el apaciguamiento de la estadística y el furor de la revolución”.
                                                                                               Beatriz Preciado



martes, 6 de enero de 2015

Diciembre

Ya pasó pero es extraño, ¿no crees? Fingimos que algo mágico sucede. Todo acaba así que lamemos, exprimimos cada situación comportándonos como los locos que no somos. Algo empieza. Y queremos cambiar. Ser felices, amar a los demás. La ingenuidad dura exactamente siete días.
Te juro que lo intenté, intenté ser como vosotros. Pretendí ser dichosa y bella. La tragicomedia duró seis días. Tiempo al que una flecha salió de mi cabeza y me atravesó el pecho. Otra vez ése dolor. Las imágenes giraban saturadas de color y borrosas. Quiero esconderme: diles que se vayan. Por favor, no me abraces, no puedo respirar. No PUEDO respirar.
Que alguien lo pare.
Que alguien me pare.