Poema VI de Siete Poemas Breves

Nadie te manda cartas ahora   Debajo del faro
en el atardecer   Los labios partidos por el viento
Hacia el Este hacen la revolución   Un gato duerme
entre tus brazos  A veces eres inmensamente feliz
                                                                       Roberto Bolaño

Se enamoró de unos ojos azules que paseaban por la Calle Mayor

La figura de un gran hombre que fuma en pipa y tiene restos de óleo en las uñas. Ama cada águila, cada mariposa, cada flor, cada brizna de hierba: los coge con cuidado, los mete en un tarro agujereado de mermelada, los estudia en sus enciclopledias pinturrujeadas, los devuelve a la libertad.
Filosofía propia, aprendida de la vida y no en aulas austeras. Loco benévolo. Desquiciado soñador.
Quererle y odiarle hasta el límite. Nunca pasa inadvertido con sus chalecos desgastados y su ropa cosida miles de veces. Hablar de la profundidad de las inquietudes de la vida, que nadie más conoce, que nadie más comprende, sólo él, mientras el cielo se tiñe de rosa a la entrada de una aldea castellana.
Visitar su guarida y que comenten: "Ahora lo entiendo todo. De tal palo, tal astilla." Y sentir como el orgullo te inunda. Y sonreir. Y pensar en él y darle las gracias. Por ayudarte a crecer. Por ser tu referente inconsciente. Por quererte siempre. Por sentirse feliz dejándote hacerte a ti misma.
Yanguas.

http://www.youtube.com/watch?v=0r4gYWdSkJs