Los vivos, los amantes, los rebeldes, los locos, los luchadores, los pasionales, los sensibles, los mágicos.

martes, 12 de octubre de 2010

Pongamos que hablo de...

Avenida de América: última parada.
De cabeza al metro, ese hormiguero gigante donde las ratas echan carreras. Los madrileños juegan a ser Usain Bolt en los trasbordos. Los odio. Me agobian enormemente. Por suerte, en algunas esquinas se dejan ver músicos que tañen un poco de cordura en las callejuelas subterráneas. ¿Qué abunda? La indiferencia, el alter individualismo; brillan por su ausencia los cruces de miradas. La mala gente que empuja y que roba carteras a viejecitas alemanas despistadas; los que te exigen dinero entre insultos y amenazas.
Las calles están ahí esperando. Son divinas. Perderse en el ajetreo de personas con millones de quebraderos de cabeza. Andando por andar. El olor a segunda mano en Libreros. Infinita Gran Vía. Modernidad en Fuencarral. El Retiro con sus múltiples posibilidades, con un ángel- ángel caído- que comparabas conmigo. After de la gentuza más interesante en Argüelles.
Alguien susurra que el Palacio de Oriente se encuentra a mano izquierda según bajas la calle. Un par de minutos más tarde, los flashes de los guiris te rodean pero tú ya estás perdido en el laberinto verde y frondoso. Te pones a bailar unas cariocas que acabas de comprar en un mercadillo de espejismo para pasar el rato, sin salir de tu asombro, descubres un par de monedas bajo tus pies. Miras a tu alrededor antes de apurar el cigarro. En el banco de al lado una pareja se come a besos. Puede que la ciudad sin sentimientos comience a latir...puede que sí.
Porretas o Sabina. Los dos buenos acunando sus buenas versiones. Una canción para cada momento. Aquí hay momentos para todo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario