Volveremos a perdernos por la naturaleza salvaje marcada en
negro sobre tu mapa roto. A internarnos en la profundidad de las simas del
génesis. A vacilar a guardias civiles y policías ineptos. A probar todas las golosinas sin pagarlas. A
romper encapuchados parquímetros con bates. A filosofar sobre atardeceres pintados
con los restos de color y tabaco de tus dedos. A colocarnos con Chagall, con
Picasso, con Van Gogh, con Pollock. A refugiarnos en tu guarida de la recóndita
de Castilla. A odiar el sistema establecido, buscar sus grietas y destrozarlo
por completo. A ensalzar la locura y despreciar el conformismo. A coger
orquídeas, mariposas, botones de oro y amanitas.
Me pediste que nunca me dejara pisar, que no me pusiera
etiquetas ajenas y que luchase por lo que creía. Porque ahora puedo jurarte,
sin dudar, que no tengo miedo.
Sólo te pido que no permitas que te cambien. Te esperaré.
Siempre.
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