En a penas una hora viene mi amante. El Amante. Mi Amante. Creo que le amo, amo su libertad y la forma caprichosa que tiene de darme monodosis de pasión. Me tortura en el espacio y la distancia. Juro que olvidaré su olor, me negaré a besarle. Pero esos momentos, efímeros, en que chocan nuestras fuerzas sólo son descriptibles en términos cosmológicos.
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