Los vivos, los amantes, los rebeldes, los locos, los luchadores, los pasionales, los sensibles, los mágicos.

lunes, 6 de septiembre de 2010

Kiss kiss! Bang bang!

-¿Has perdido el juicio? Deber ser eso pues ¡no estás dentro de tus cabales, jovencita! Con lo que nos esforzamos tu padre (que Dios Santo le tenga a su lado) y yo por darte un futuro digno. Mírate: ahora traes un sueldo diario trabajando en la cafetería, y para esta granja toda ayuda económica es poca. Sirves mesas, preparas cafés y hamburguesas, conoces gente y tienes un bonito uniforme rosa. Dime, ¿dónde está el problema? Yo, a tu edad, me partía la crisma de sol a sol en el campo para que tuviéseis algo que llevaros a la boca... ¡Niña desagradecida! Ese Barrow es un maleante de poca monta que te llevará a la perdición. ¡Un muerto de hambre y un golfo! No quiero imaginar de qué modo te habrá embaucado...¿es que no tienes vergüenza?
Lanzó una mirada dura a la vieja, esa mujer que antes le inspiraba un mínimo de ternura.
-Perdí la vergüenza junto a las bragas, madre.- concluyó.
Los ojos de la Sra. Parker se iluminaron de ira y abofeteó con fuerza la mejilla de la muchacha. Bonnie se levantó despacio de la silla carcomida, acariciando el lugar donde acababa de recibir el golpe, y echó una última mirada a la granja ruinosa donde había pasado los tediosos años de su infancia. Resonaron sus tacones por la sala para terminar con un sonoro portazo. Se prometió que no volvería a malgastar el tiempo en ese asqueroso pueblo de Texas, donde sólo había anacronismo hereditario y camioneros con la mano muy larga. Se prometió que no tendría ni un segundo de paz. Se prometió vivir, vivir libre.
Y saboreó la libertad y el amor en todos sus matices hasta el 23 de Mayo de 1934, cuando la cosieron a balazos después de que Clyde la hubiese cosido a besos.

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