Los vivos, los amantes, los rebeldes, los locos, los luchadores, los pasionales, los sensibles, los mágicos.

viernes, 3 de septiembre de 2010

Batman

-¿Por qué no hablas con nadie?
-Porque nadie me escucha.

He aquí el gran problema: falta de comunicación. Me siento sumergida en un ambiente criticado constantemente por toda persona ajena al mismo. ¡Qué fácil se envenenan las lenguas cuando se ignora la conversación! Siendo honesta, yo misma me mostraba recelosa ante lo que ahora constituye mi motor. A lo que hoy por hoy, me hace levantarme con la sangre hirviendo cada mañana, y el café también. Me atrae, eso es todo. Uno no elige lo que le gusta o deja de gustar, se nace con ello. Pues bien, yo me muero por unos determinados ideales que golpean encéfalos, por el riesgo de la causa clásica, por el activismo... Me derrito por una moralidad básica que, en estos tiempos, parece borrada de la faz de la Tierra- ¿cómo puede ser posible?-. Soy una romántica. Los individuos que encajan en dichos perfiles han de ser pasionales y pasionarios. La pasión es la clave.
La libertad de expresión es una cortinilla de humo en periódicos, cine y televisión; me ahorro la fe para fanzines, panfletos e Internet. Hay mucha gente que tiene que decir muchas cosas muy interesantes, y éste es el medio adecuado. Poetas clandestinos. Mi medio será la web. Quizás la gran mayoría de lo que escriba aquí sea mierda en polvo, delirios de una utópica soñadora trastornada que está harta de que le tapen la boca a cada suspiro que da. Me da igual. Piensen lo que quieran. Insulten, critiquen, amenacen, rian, odien...me. Pero, por favor, jamás me censuren. Necesito desnudarme sin tapujos y sin identidad. La clandestinidad honesta es una de los pocos ruiseñores blancos que me quedan.

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