Me has llevado a tus rincones
mientras te guardo en mis agujeros.
Promesas de amor
que se repiten cada noche
como pájaros encendidos.
Y una bastilla de mármol
sumerge la indiferencia,
para que no resucite
durante las lunas que nos quedan.
Nos susurramos versos
que no entendemos
- y que no nos entienden -.
Soliloquios de fertilizantes.
Y florecen,
descarnadas,
rosas negras en mis sienes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario