La eternidad elevada al infinito.
Menos que nada es cero.
Enamorada a diario en el metro.
Hago el amor salvajemente en los vagones
-y los viajeros de caras largas ni nos ven siquiera-
cada vez con un hombre distinto,
todos desconocidos.
Chernobyl es un copia y pega mal redactado.
¿Lo estoy mandando todo a la mierda?
Quizás.
Me siento terrible y pletórica al mismo tiempo.
Chinaski me reta al alcoholismo.
-¡Joder, tía! Te apesta el aliento.
Lavabos de sangre y restos de comida.
Amores... muy perros.
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