Los vivos, los amantes, los rebeldes, los locos, los luchadores, los pasionales, los sensibles, los mágicos.

viernes, 2 de noviembre de 2012

Black Roses

Cuando despierto tengo la sensación de que no ha pasado el tiempo. Podremos haber dormido cinco, seis o siete horas que, para mí, sólo he cerrado los ojos un segundo en mitad de un abrazo. Todo sigue igual: los repliegues de las sábanas, el olor embriagador del aire, la mota de polvo que revoloteaba sobre tu respiración, tu cuerpo pegado al sudor dulce del mío. Se establece un extraño orden; una suerte de grotesca perfección. Blindamos las paredes de oro infinito. Yacemos en un búnker donde la mediocridad del exterior no pueda siquiera rozarnos. Una mariposa empapada cae sobre mi espalda: es un beso. Me retuerzo asustada por un placer de caramelo. Llueven los besos sobre una mañana de humo, restos del amanecer que nos fumamos. Otro más, otro más que tachar con azul tembloroso de la lista. Abrázame fuerte. Deja que un golpe denso me dañe con tus manos sobre mis pechos, que te reciban ansiosos. Déjame sentirlo. Psique se gira hacia Eros y estalla el sol de puro deseo.
Los "Buenos días" saben a verano y a juventud.
Los "Buenos días" son tu polla apuñalando mi vientre. Y mis dedos perdiéndose en los rizos negros de tu ombligo. Y me estalla la vulva como una granada jugosa.

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