Y yo aquí sigo en mi trinchera, corazón,
tirando piedras
contra la última frontera
la que separa el mar del cielo
del color de tus maneras,
la que me lleva a la guerra,
a ser semilla en la tierra.
Y no me pidas tanto, corazón,
que tengo poco aire en el pulmón,
lo que tengo es un castillo en el cielo...
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