La costa del Norte. El Fin del Mundo. Marcha de treinta minutos por caminos medio salvajes con mis amigos. El pinar donde no había ley, dicen. ¿Pero qué ley puede haber en los mundos de Alicia? Los hongos y la arena deslizándose entre los dedos como si nunca hubiéramos sentido ese cosquilleo antes, como si estuviésemos descubriendo la playa al atardecer de la hipersensibilidad... Risas. El chamán que azoraba la hoguera con su peluca de estrámbotico autor de la canción más grave del verano. Dejarse atrapar por la música ya entrado el día. El tiempo era cíclico y nadie miraba ese absurdo invento llamado reloj. Canturrear Lucy in the Sky with Diamonds hasta que el sueño adulterado sacudía los párpados marchitos. El encontronazo de las fuerzas del Bien y del Mal, personificadas en mi corazón. Sin lucha, pero con la cara de un llameante rojo. Y ganó por fin, esta vez, el Bien. Y mi cuerpo perdió la salud.
http://www.youtube.com/watch?v=gl3wzvS8IeA
Inglaterra y esa horrible sensación de no poder usar las palabras. Por poco, por suerte. El guía, con nombre de ángel y de mi todavía inexistente hijo, rebosante de buen humor y homosexualidad. El primer amor reencarnado en un turista de procedencia desconocida. Absorber cada golpe de vista y archivarlo con cuidado en "Futuros". Enamorarse de Liverpool. Enamorarse de Candem y pisar su suelo horas antes de que encontrasen a la diva maléfica (magnífica) del soul muerta en su casa. ¿Quién quiso llevarte definitivamente a Rehab? Why did you go back to black, Amy? Matización de una nueva filosofía de vida que huyese de la autodestrucción, volver a respetarme. Regreso a la belleza, a la ternura, a la fragilidad, a la sensualidad de un maravilloso ser entre mujer y niña. Enamorarse de mí, otra vez. La absoluta sensación de felicidad calmada, de heridas cicatrizadas.
http://www.youtube.com/watch?v=kByL2YS2PrY
Vuelta al lugar perdido que me dio de mamar por primera vez. El dorado que cubre la llanura inmensa y sus ríos ocres. Vuelta a las raíces para hacerme mayor. Celebraciones etílicas en compañía de los que siempre estuvieron ahí. Silencio. Silencios eternos de complicidad. Al negro sol del silencio las palabras se doraban, dijo Pizarnik. Bolaño, Sender y un librito de poesías de 1927. Aislamiento y estatismo bajo la sombra cannábica que, más que desquiciarme, me empujó a mirarme en el espejo y darme la bienvenida. Parar el mundo para poder moverlo. Sus iniciales como autor del libro que puso las palabras a mi nueva filosofía, escrita de forma perecedera con la pluma que me regalaron la noche veintegenaria.
http://www.youtube.com/watch?v=WRoZsZq9Q5o
Y ahora desearía estar en cualquier otro lugar que no fuera éste, la puta ciudad estática, donde nunca pasa nada. Me inyecta su virus y comienzo a sentirme enferma, y mi filosofía comienza a tambalearse.
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