Amanezo temblando
en unos brazos
- ¡que no son tuyos!
¡ni míos! -
Calcamonías
de la noche...
Bendita locura.
Ojos de Caribe,
pieles que quieren oler
a sudor doloroso.
¿Autodefensa?
Sólo en las escaleras
del miocardio,
mi vagina estéril
sigue abierta a cualquiera
que se replantee
que dos más dos
NO son cuatro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario