Noches oscuras, inmensas
habitaciones desconocidas.
El sopor del nihilismo
versos obcecados
con mi enfermedad mental
de repetir
la palabra más bella
hasta arrebatarle su
significado.
Muslos estilizados
tras el homicidio.
Espera, Silencio:
alguien se asoma.
-¿Eres tú, dulce asesina?
Una caricia inmolada.
Sístole sin diástole ni dueño.
Si tú fueras un carcelero,
entonces, ¿yo...?
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