Los vivos, los amantes, los rebeldes, los locos, los luchadores, los pasionales, los sensibles, los mágicos.

domingo, 15 de enero de 2012

Madriz me mata.


Sex Fiction
žBallenas perfumadas paseamos cruzando el hilo de la muerte
Los heridos parecen haber roto sus ataduras
y salimos tranquilos viejos planetas rotos
por paredes de noche hacia el barco que espera

Niños muertos cadáveres de sencillas sonrisa
Llueven plomo musitan palabras que son máscaras
Ponen gafas de niebla y de té
para ocultar el deseo que informa nuestras tardes y todas nuestras noches
Hierve el agua en sus teteras intentamos el sexo más nuevo
y dormimos en camas de siempre espacio yerto

Cocodrilo del aire mi viejo amigo el saurio
se oculta en todas las esquinas y sólo exhibe
su sonrisa en los pliegues

Por las calles vigilan enemigos de un tiempo que antes estaba vivo
y los templos dormidos se estremecen en brillos

Ametrallada la noche
se descubre sin horas
y engarza en los cuerpos

Inventamos el sexo 
žA mis amantes todos, y a quienes no han podido serlo

completo encerrado en el hielo de un viejo von
                                                                    [Stroheim
ese dedo carnoso hace girar y girar
bajo la sombra de la esfinge de una verga
                                                             [despierta
nuestro sueño son armarios que la muerte cierra
cabalgamos harapos despojos tiernos braguetas
                                                                       [hinchadas
soñamos un vampiro moreno vieille Europe
Jeune Afrique una ironía en los brazos de nadie
                                                          [o de la sombra
Una agonía fiel de estrella a estrella en lo infinito
                                                                            [carmesí
ampolla quizá contenga un árbol,
y angosto pasadizo del autor un solo de violín
agua o música ordeñan el aire
valor ficticio pero amable dice no
a quien lo mira enseña
su humedad su cartón su doble fondo
estoy no estoy contigo en esta jaula
detrás de mi cortina soy un muerto
sueño húmedos disturbios

Eduardo Haro Ibars

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