Los vivos, los amantes, los rebeldes, los locos, los luchadores, los pasionales, los sensibles, los mágicos.

jueves, 2 de junio de 2011

El arte como arma transformadora

El Arte, además de su función puramente estética, ha servido para introducir cambios sociales. Es el caso, por ejemplo, de la Segunda República Española. La República tuvo, en lo que el ámbito artístico se refiere, una política absolutamente progresista y eficaz. Quiso atacar el problema de raíz, y el problema estaba en la capacidad de la ciudadanía para acceder a la cultura. Se consiguió que el arte dejara de ser el hornazo de las clases poderosas y se transformara en un valor fundamental para todas las gentes. Puso en marcha una serie de medidas y una política escrupulosamente articulada para que esto fuera así. Simbolizaba la intención de fomento cultural que tuvo. “La República nombró director de Arte Moderno a Juan de la Encina y hubo unas carracas ambulantes que iban a los pueblos llevando pintura, escultura y literatura, y ahí estuvieron las Misiones Pedagógicas (que hicieron posible que en un pueblo remoto, gentes analfabetas se pusieran en contacto con la chispa del teatro clásico), como La Barraca de García Lorca. “ [1] No se hubiera podido disfrutar del legado artístico español si no hubiera sido gracias a la intervención de ciertas figuras relacionadas con el mundo del arte. La situación tormentosa que asoló el país a partir de 1936 puso en peligro la perdurabilidad del patrimonio artístico. “El Ministerio de Instrucción Pública y Bellas Artes y su Dirección General de Bellas Artes, sin duda fueron, en el ámbito de la administración estatal, los altos organismos responsables de diseñar y encauzar la protección del patrimonio artístico español o- por emplear la terminología de la época- el “tesoro artístico”. […] La pionera gestión de salvaguarda del tesoro artístico fue puesta en marcha por Ricardo de Orueta […] quien no sólo fue el primer director general del ramo que tuvo la II República sino nuevamente también el primero de la etapa bélica. Durante sus períodos directivos, veremos que prácticamente elaboró y se puso en vigor la normativa legal más importante respecto a la protección del patrimonio, sin que los otros titulares de la conservadora etapa intermedia alcanzaran la misma significación y actitud previsora de cara a su salvaguarda y sus riesgos durante los conflictos civiles y armados. Sucedió a la labor de base el pionero erudito malagueño, del joven y dinámico artista comunista Josep Renau, quien llevó a cabo una relevante gestión reestructuradora, centralizadora y propagandista e impulsó la trascendente medida de la evacuación del patrimonio mueble más notable. Finalmente en un plano más secundario, completaron la línea de actuación republicana tanto la gestión, más neutral y dispersa, del anarquista Francesc Galí y Fabra, […] como la del último director general de Bellas Artes republicano, Eduardo Ruiz Alcalá.” [2] Posteriormente, otros artistas no se conformaron únicamente con poner a buen recaudo las obras que pudiera destruir el régimen o realizar su trabajo en la clandestinidad. Es el caso de Estampa Popular, un grupo de artistas españoles que durante la década de los sesenta desarrollaron una actividad crítica contra el franquismo desde las artes plásticas. “Estampa Popular se perfilaba como una red organizada con cierta estructura jerárquica informal que tenía un alcance superior al provincial o al regional. Su fuerza consistía precisamente en su flexibilidad y capacidad de adaptación. La libertad que permitía a sus miembros explicaba su elevado número de miembros y simpatizantes así como la diversidad de sus propuestas. Su valor iba más allá del campo artístico al estar vinculada con toda una intelectualidad antifranquista, siendo su principal punto de apoyo el Partido Comunista Español (PCE).” [3]


El Arte nos ayuda a comprender la Historia, ya que supone una vía de escape de sentimientos e ideas que retumban en la cabeza del autor, sobre todo en circunstancias históricas críticas. El legado que nos dejan los artistas supone un fiel reflejo de la sociedad así como de los cambios políticos que marcaron una determinada época.





FUENTES DOCUMENTALES:

[1] Jaime BRIHUEGA (Prof. de Historia Contemporánea), Coloquio Memoria Republicana. Facultad de Geografía e Historia UCM. 13-IV-2011.

[2] Miguel CABAÑAS BRAVO, La II República Española ante la salvaguarda del patrimonio artístico y la guerra civil. Ministerio de Cultura, Sociedad Estatal de Conmemoraciones Culturales, Enero 2010. En línea: http://digital.csic.es/handle/10261/21590 [Consultado el 30-V-2011]

[3] Noemí de HARO GARCÍA, Entre la memoria y la historia: método para estudiar la primera red de artistas antifranquistas. Anales de Historia del Arte, 2010. Volumen Extraordinario 123-137. En línea: http://revistas.ucm.es/ghi/02146452/articulos/ANHA1010220123A.PDF [Consultado el 30-V-2011]

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