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jueves, 2 de junio de 2011

Luces y sombras de la globalización

Al margen de todos los beneficios que ha podido acarrear la globalización a aquellos que hemos tenido la suerte de vivir en lugares con un nivel de vida aceptable, no hemos de olvidar que, desde luego, este gran movimiento a planetario también ha manifestado sus desventajas. “No cabe duda de que los Estados y las grandes compañías transnacionales son los principales usuarios y beneficiarios de este cambio técnico, al margen de que el proceso tenga una vertiente popular en la difusión masiva del uso de Internet. Sin embargo, por fascinante que resulte el cambio técnico, lo que lo hace objeto de interés sociológico es que, junto a su capacidad para recuperar y acelerar el ciclo de acumulación económica, proporciona los medios para una generalizada e intensa innovación cultural que, a menudo, se percibe como fuente de desorganización y crisis sociales.” [1] Los mercados globales de seguros y de valores se han visto afectados profundamente por la renegociación de la deuda externa de los países en vías de desarrollo, así como por procesos negativos del mundo globalizado. “Ejemplos paradigmáticos de riesgo global son hoy la desestabilización del clima de origen antropogénico, la desestabilización especulativa de los mercados financieros, los daños potenciales a la salud pública originados en procesos agroalimentarios industriales insuficientemente garantizados —adulteraciones, fallos técnicos, modificaciones genéticas, fenómenos del todo inesperados como «las vacas locas», etc.—. Hay otros riesgos globales igualmente relevantes, como la desaparición de las culturas indígenas, el incremento de la desigualdad social y económica a escala planetaria o la desestructuración de las economías de los países más pobres.” [2] Frente a esto, han surgido numerosos grupos llamados antiglobalización o alterglobalización, cuya meta es realizar una labor sistemática de desenmascaramiento ideológico del llamado globalismo como un primer paso hacia una posterior articulación de una ideología política diferente, basada en los principios de una nueva ética global. El primer acto realizado por éstos grupos y del que la prensa se hizo eco, fue entre Noviembre y Diciembre de 1999, durante la XXIII Conferencia anual del la Organización Mundial del Comercio en Seattle. “Se celebró una gran movilización internacional que logró reunir en dicha ciudad a varios miles de ciudadanos de todo el mundo, de procedencia muy variopinta (revolucionarios, reformistas, anarquistas, ONG, ecologistas, obreros, grupos feministas, sindicalistas, grupos a favor de los derechos humanos, entre otros muchos), cuyas acciones más o menos espectaculares lograron atraer la atención de todo el mundo. El objetivo de este acto fue reivindicar una especie de justicia global frente a los múltiples problemas generados por la globalización controlada por las multinacionales.” [3]


Que la globalización es el sistema que rige el mundo hoy por hoy, no lo duda nadie. El mercado feroz capitalista y las bases neoliberales de las que parte el globalismo mediante las cuales se ordenan las potencias son los grandes triunfadores de este incipiente siglo XXI. Para que toda la humanidad se pudiera beneficiar de este proceso que nos afecta a todos, se debería redirigir hacia un ámbito solidario y más justo en el que no sea necesaria la extrema pobreza de la mayoría de los países para el enriquecimiento de una minoría. Además, sería conveniente respetar las diferencias y detalles que caracterizan a cada cultura como tal, y no erradicarlas.

FUENTES DOCUMENTALES:

[1] Juan Manuel IRANZO, Ensayo sobre "Un mundo desbocado. Efectos de la globalización en nuestras vidas" de Anthony Giddens. Madrid, Taurus, 2000 (e.o. 1999). En línea: http://www.fes-web.org/publicaciones/res/archivos/res01/13.pdf [Consultado el 30-V-2011]

[2] Ídem.

[3] Carmelo MORENO DEL RÍO, "Antiglobalismo", edit. Por Joan Antón MELLÓN, Ideologías y movimientos políticos contemporáneos, 2ª ed., Madrid, 2008, p. 460-461.

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