Los vivos, los amantes, los rebeldes, los locos, los luchadores, los pasionales, los sensibles, los mágicos.

viernes, 17 de junio de 2011

Fragmento de Las elegías a Duino -- Rilke

Primera elegía

¿QUIÉN, si yo gritara, me oiría desde los órdenes
angelicales? Y aun cuando me tomara
uno de súbito en su corazón, yo perecería por su
más potente existir. Pues lo bello no es nada
más que el comienzo de lo terrible, que apenas aún podemos
                                                                             [soportar,
y lo admiramos tanto porque él, sereno, desdeña
destruirnos. Todo ángel es terrible.
Y de este modo me contengo y ahogo el reclamo
de un sollozo oscuro. Ay, ¿a quién podremos
entonces recurrir? A los ángeles no, a los hombres no,
y los ingeniosos animales ya sienten
que estamos como en casa, no muy seguros,
en el mundo interpretado. Nos queda quizás
algún árbol en la ladera, que diariamente
volvamos a ver; nos queda la calle de ayer
y la mimada fidelidad de una costumbre
que se encontró a gusto entre nosotros, y por ello se quedó
                                                                                [y no se fue.
Oh, y la noche, la noche, cuando el viento lleno de universo
nos muerde la cara -, ¿para quién no se quedaría ella, la
                                                                                  [aguardada,
suavemente desilusionadora, tan penosamente inminente
para corazón aislado? ¿Es para los amantes más leve?



Los ángeles terribles de Rilke. If every angel is terrible, why do you welcome them?




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